PARA EL AMIGO AUSENTE.
en las ojeras mustias de cada amanecer,
cuando cantan las aves y el manantial rumora
y empieza nuevamente el rosal a florecer.
Aun lo siente el alma prendido en mis locuras
de amarlo tiernamente y sin saber quién es,
esta envuelto en mis sueños con matinal ternura
y le dedico versos y sin saber por qué.
Quizás volverá un día, quizás un día regresa,
volverá con las brisas en el atardecer,
o quizás nunca vuelve y nevara la tristeza
de aquello que se marcha para jamás volver.
Pero aquí en mi silencio habrá de estar presente,
latente en los suspiros que exhala el corazón,
y aunque el invierno impío regrese nuevamente
el siempre será el eco de mi tierna canción.
El vivirá presente aquí en mis lejanías
y en las alegorías que construye el amor,
amigo de mi alma y de mi filosofía,
mi pena, mi alegría, mi turpial y mi flor.
Fabio A Pabón M.
CURANDERO TANGO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario