Ha llegado el otoño,
con sus ojeras mustias,
y un año más de vida
se marcha hacia el olvido.
Han llegado las lluvias,
y se fueron las aves…
Y han quedado desiertos
los maternales nidos.
Hoy cerré mis ventanas
y al abrir mis cancelas,
han brotado de un tango
sonriendo mis fantasmas!
Y en el silencio eterno
de mi azul melodía,
regresan como ausentes
los versos de otros días.
Del verano las rosas
yacen en mis jardines,
de muertas mariposas
y de secos jazmines.
Pero es solo el proceso
de la errante tardanza,
que amamanta en silencio
la dorada esperanza.
Siempre vivir soñando
con otras primaveras,
que llegaran de nuevo
perfumando ventanas.
Y aunque no hay golondrinas
ni el jilguero nos canta,
hay eternas gardenias
en las selvas del alma.
Llegaron los colores
primorosos de otoño,
y se caen las hojas
cual ilusiones vanas..
Y hace frió en la calle
y hace viento y hay lluvia,
mas nunca en el refugio,
donde el amor nos clama.
Y suspiran los tangos
cual testigos amables,
de horas que suspiran
con sed ineluctable.
Son dulces melodías
mis poemas de otoño,
¡En el bermejo ocaso
de mis melancolías!
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Fabio A. Pabon M,
CURANDERO TANGO.
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