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Al filo de mi guadaña le voy cantando a la luna,
entre el olivo y las parras, el limonero y las dalias:
y forjo con mis suspiros pasillos y torbellinos
y adornos de plata fina para su collar de nácar.
No hay cante como mi cante, ni corazón que no sienta
la saeta que en mi alma tiene sabor a tormenta,
canciones de mi guitarra que me ha inspirado la luna
que brilla sobre los trigos que crecen en la llanura.
Amores que en mi memoria son un zarzal de luceros,
la memoria de unos besos que me besaron sedientos,
que dejaron tantas huellas en el latir del recuerdo
y en estos ojos que lloran por tanta ausencia y silencio.
Al filo de mi guadaña le voy cantando a la luna.
viajero de sentimientos que se queda en los reflejos,
de la noche que estrellada me acompaña en el destierro
de ser poeta que añora lo que se ha llevado el viento.
Azucenas primorosas perfuman con tanto esmero
el camino en el que viajo con mi guadaña de acero,
mi guitarra, mis poemas y mi rimar cancionero.
!Cortando yo voy dolores de caricias que se fueron!
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Fabio A. Pabón M.
CURANDERO TANGO.
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