Ilustración: Salvador Dali.
EL adiós del marinero..
Adiós gaviota de Enero, le dice el mozo al marchar,
fuiste la ola que impulso al velero...
el viento amoroso en el palmar...
El sol, la brisa, la espuma de mi verde mar.
Y es su cantar Habanero de poeta y de coplero
entre las luces del puerto un ocaso que se va,
un marino enamorado que de tanto navegar
bajo el sol yace olvidado entre olas de cristal.
Tiene tibieza de viento y es frágil como el coral
y en su voz hay algo amargo que la hace suspirar,
hay en sus besos locura, hay pasión y hay ansiedad
y aquel dolor que se siente por lo que llega y se va.
Y quizás le dice adiós, pero al despedirse llora,
como llora la amapola herida de ambiguedad,
con un suspiro de seda se despide en la alameda
la niña de aquel marino que ya nunca volverá.
Adiós le dice su canto y al besarlo llora tanto,
temblando como los nardos de pena la niña esta,
pero el marino viajero tiene otra novia en el cielo,
¡La luna que entre luceros alumbra su soledad!
Fabio A. Pabón M.
CURANDERO TANGO.
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