Me quedare en silencio con mi azul poesía,
en la noche callada de mis amados versos
y por las calles largas de la monotonía
le servirán de apoyo al pincel de mis recuerdos.
Cada estrofa que pinte guardara una memoria,
cada verso que escriba la calidez de un beso,
y serán mis poemas un hatillo de espigas
que gritaran las cosas que calla mi silencio.
Y en un cofre de seda que el corazón abriga
guardare el pergamino que tejió el sentimiento
y no importa si vienes a compartir conmigo
las cosas que yo guardo en el sol de mis adentros.
Y un día cuando muera que quemen con mi cuerpo
la vigorosa historia que me ha otorgado el tiempo,
¡Que le prendan fuego al grito de todos mis poemas!...
Y que de sus cenizas no quede ni el recuerdo.
Cuando llegue el momento
de todos los adioses,
Los buscara mi alma en el
tenebroso abismo,
O en el pico elevado de
las nevadas cumbres…
¡Y el consuelo que brindan
me servirá de abrigo!...
Fabio A. Pabon M.
CURANDERO TANGO.
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