¡REFLEJOS!

¡REFLEJOS!

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Porque busqué tu amor sin encontrarlo,

sin saber en qué ruta, en qué camino

te quedaste dormida y no llegaste

a las encrucijadas del destino.

  

Acaso fui yo, torcí la senda,

acaso no sentí tu paso breve,

acaso te miré y algo en la niebla

cubrió de ausencia tu mirada leve.  

Pero, una vez más vendrá el rocío

mojando una vez más la primavera

y naceré de nuevo y aunque muera

he de seguir buscándote, amor mío. 

Y quizás en un día nebuloso

o en un día de luceros distraídos,

encontraré tus ojos primorosos

y vendrán a mi amor enternecidos.  

Y besaré tu boca de amapola

y gracias le daré a Dios por encontrarte;

y descansará mi corazón de ola

en la playa feliz del caminante.  

Y te amaré más allá de las tinieblas,

más allá de la luz y del olvido,

más allá de la siembra y la cosecha,

más allá del invierno y del hastío. 

Te amaré sin remedio y sin medida,

te amaré con amor enardecido

cuando  bañe tu cuerpo de azucena

en la ribera matinal de un río.

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 Fabio A. Pabón M.

CURANDERO TANGO.