POLVO DE LOS CAMINOS.
Para Francesc Garcia Conde.
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Dormidas horas, lejanas memorias,
que llenan de tedio a lluviosas auroras,
que miran pausadas con hondo silencio
y que angustiadas en silencio lloran.
En el fondo del corazón llevo un abismo
donde enterré del amor sus amapolas
y desde entonces ya no soy el mismo,
soy como el despojo de pausadas odas.
Y mis marionetas vestidas de blanco
son fúnebres novias que llegan rezando
por aquellos tiempos en los que la risa
callo poco a poco y se fue con la brisa.
No tendré el alivio de una flor marchita
o el dejo pausado de unas oraciones,
por eso te dejo en mis versos mis cuitas
porque cuando muera no habrá quien me llore.
Más quiero que sepas que tú estás conmigo
en las hondas horas de mi sentimiento,
tú llenas mis tardes de dorados trigos,
en estos otoños de mi pensamiento.
Y en el fondo mismo de un nevado cielo
yo escondo entre nubes mis melancolías,
sonríe y no pienses en mi desconsuelo
¡Mis melancolías tan solo son mías!
Fabio A. PaBón M.
CURANDERO TANGO
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